San Crispin de Viterbo

Hijo de Ubald y Marsha. Su padre murió cuando Pietro era muy joven, y su madre consagró al niño a la Santísima Virgen María cuando tenía cinco años. Pietro desarrolló una devoción temprana a Nuestra Señora, llamándola su otra madre, y mostró una piedad tan simple y honesta que llevó a sus vecinos a llamarlo Il Santorello (el pequeño santo). Trabajó como zapatero para el tío que proporcionó su educación.
La vista de una procesión de frailes menores capuchin despertó dentro de Pietro la comprensión de que fue llamado a la vida religiosa. Se convirtió en un hermano laico franciscano el 22 de julio de 1693, tomando el nombre de Crispin debido a su oficio. Trabajó como cocinero en el monasterio Viterbo Capuchin. Transferido y trabajó incansablemente en las casas de capuchin en Tolfa, Roma y Albano Laziale. Desarrolló una devoción y se modeló después de San Felix de Cantalice.
La santidad simple y humilde de Crispin le trajo a muchos laicos locales para la guía espiritual. A medida que se extendió la palabra de su sabiduría, sus visitantes se convirtieron en sacerdotes, luego obispos, luego a los cardenales e incluso a un papa. Crispin se destacó por prestar poca atención al rango o el estado de un visitante, ya sea alto o bajo, pero concentrarse en hablar con todos ellos como hijos iguales del mismo Dios. Reputado para trabajar milagros, sanar por tacto y profecía.