Santo Cyriaco de Iconio

Hijo de Santa Julitta. Cuando Cyriacus era un niño pequeño, su madre fue sentenciada a muerte por Tarso durante las persecuciones de Diocleciano. Cyriacus hizo un ataque infantil contra Alexander, el magistrado de sentencia, y anunció que era cristiano como su madre. El magistrado enojado arrojó al niño al suelo, rompiendo su cráneo y matándolo al instante.
Algunos estudiosos afirman que toda la historia es ficción, y no hay duda de que los escritores anteriores embellecieron enormemente esta historia popular y con frecuencia contada.
Bendito Carlomagno soñó que fue salvado de la muerte por un jabalí durante una caza por la aparición de un niño que prometió salvar si Carlomagno lo vestía. El obispo de Nevers explicó que el niño era Cyriacus, y que quería que el emperador reparara el techo de la Catedral de San Cyr. Esto condujo a la representación del Cyriacus como un niño desnudo que montaba un jabalí.