4 Verdades de Fe que los Cristianos Necesitamos Conocer

4 Verdades de Fe que los Cristianos Necesitamos Conocer

Así como hay leyes naturales que rigen el universo (haciendo que caiga la lluvia y que salga el sol), también hay leyes espirituales que rigen nuestra relación con Dios. Someternos a estas leyes hace posible que Jesucristo sea el Señor de nuestra vida. Cuando esto sucede, Él reemplaza tus limitados recursos con su fuerza sobrenatural para que verdaderamente puedas vivir.

Las 4 Verdades de Fe

1- Dios te tiene un Plan para tu vida. ❤️

  • Dios te ama personalmente, porque Él es tu Padre

Ahora, así dice Yahveh tu creador, Jacob, tu plasmador, Israel. «No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío.

Isaías 43:1

Con amor eterno y gratuito te he amado

Jeremías 31:3

Cual la ternura de un padre para con sus hijos, así de tierno es Yahveh para quienes le temen

Salmo 103:13
  • Dios te ama incondicionalmente porque Él es amor.

Dios es amor

1 Juan 4:8

¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.

Isaías 49:15

Porque los montes se correrán y las colinas se moverán, mas mi amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá – dice Yahveh, que tiene compasión de ti.

Isaías 54:10
  • Dios quiere lo mejor para ti porque eres su hijo

A Aquel que tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar, conforme al poder que actúa en nosotros.

Efesios 3:20

Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos – oráculo de Yahveh -.

Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros.

Isaías 55: 8-9
  • Dios tomó la iniciativa para amarte.

Sucedió que, yendo de camino, cuando estaba cerca de Damasco, de repente le rodeó una luz venida del cielo,

cayó en tierra y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» El respondió: «¿Quién eres, Señor?» Y él: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, entra en la ciudad y se te dirá lo que debes hacer.

Hechos 9:3-6

Me has seducido, Yahveh, y me dejé seducir; me has agarrado y me has podido.

Jeremías 20:7

Mas, ahora que habéis conocido a Dios, o mejor, que él os ha conocido, ¿cómo retornáis a esos elementos sin fuerza ni valor, a los cuales queréis volver a servir de nuevo?

Gálatas 4,9

No hay temor en el amor; sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor. Nosotros amemos, porque él nos amó primero.

1 Juan 4:18-19

No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda.

Juan 15:16

Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor.

  • El amor de Dios

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Juan 3:16
  • El plan de Dios

(Cristo afirma) «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia» (Una vida completa y con propósito).

Juan 10:10

Pero, como ya hemos visto, no basta simplemente con saber que Dios te ama y tiene un maravilloso plan para tu vida. Hay obstáculos que nos impiden recibir el amor divino, y eso nos lleva a la siguiente ley.

2- El hombre es Pecador y está Separado de Dios

¿Por qué es que la mayoría de las personas no están experimentando esta «vida en abundancia»?

  • El hombre es pecador

Todos pecaron y están privados de la gloria de Dios.

Romanos 3:23

El hombre fue creado para tener comunión con Dios, pero debido a su terca voluntad egoista, escogió su propio camino y su relación con Dios se interrumpió.

Es el mismo tipo de amistad que tuvieron Adán y Eva con Dios en el jardín del Edén, antes que el pecado apareciera en el mundo. Allí, estos dos amigos del Ser Supremo, caminaron con Él en lo fresco de la tarde, hablaron con su Creador como un hijo y una hija hablan con su padre.

Pero luego, Adán y Eva decidieron seguir su propio camino, rompieron su relación con Dios. Desde entonces el hombre ha elegido seguir su camino independiente. A veces esta voluntad egoísta se expresa como una rebelión activa contra Dios; otras como indiferencia pasiva hacia Él. Como quiera que se manifieste, esta rebeldía es lo que la Biblia llama PECADO.

El problema que tenemos es que somos pecadores, y por tanto, alejados del amor de Dios. Y lo peor es que no podemos evitarlo porque el pecado no es algo que podamos impedir que entre a nosotros sino que sale del fondo de nuestro propio ser:

En cambio lo que sale de la boca viene de dentro del corazón, y eso es lo que contamina al hombre. Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias. Eso es lo que contamina al hombre

Mateo 15: 18-20
  • El hombre esta separado de Dios

Pues el salario del pecado es la muerte…

Romanos 6:23

Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito, lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame. Pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí; contra ti, contra ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí. Por que aparezca tu justicia cuando hablas y tu victoria cuando juzgas. Mira que en culpa ya nací, pecador me concibió mi madre.

Salmo 51:3-7

La tercera ley nos explica la única forma en que podemos cruzar este abismo y encontrar solución a este problema…

3- Jesucristo es la Única salida para el pecador. ⛪

  • El murió por nosotros

Mas la prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros.

Romanos 5:8
  • El Resucitó de entre los muertos

Porque os transmití, en primer lugar, lo que a mi vez recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras;

que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; que se apareció a Cefas y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales todavía la mayor parte viven y otros murieron…

I Corintios 15:3-6
  • Es el Único Camino hacia Dios

Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie va al Padre, sino por Mí.

Juan 14:6

La buena noticia:

Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.

Juan 3: 16-17
  • Jesús venció al mundo

Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo.

Juan 16:33
  • Jesús perdona el pecado

Y a vosotros, que estabais muertos en vuestros delitos y en vuestra carne incircuncisa, os vivificó juntamente con él y nos perdonó todos nuestros delitos. Canceló la nota de cargo que había contra nosotros, la de las prescripciones con sus cláusulas desfavorables, y la suprimió clavándola en la cruz.

Colosenses 2: 13-14
  • Jesús olvida el pecado

Volverá a compadecerse de nosotros, pisoteará nuestras culpas. ¡Tú arrojarás al fondo del mar todos nuestros pecados!

Miqueas 7:19
  • Jesús nos libera del pecado

Realmente, mi proceder no lo comprendo; pues no hago lo que quiero, sino que hago lo que aborrezco. Y, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo con la Ley en que es buena; en realidad, ya no soy yo quien obra, sino el pecado que habita en mí.

Pues bien sé yo que nada bueno habita en mí, es decir, en mi carne; en efecto, querer el bien lo tengo a mi alcance, mas no el realizarlo, puesto que no hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero. Y, si hago lo que no quiero, no soy yo quien lo obra, sino el pecado que habita en mí. Descubro, pues, esta ley: aun queriendo hacer el bien, es el mal el que se me presenta. Pues me complazco en la ley de Dios según el hombre interior, pero advierto otra ley en mis miembros que lucha contra la ley de mi razón y me esclaviza a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Pobre de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo que me lleva a la muerte? Gracias sean dadas a Dios por Jesucristo nuestro Señor! Así pues, soy yo mismo quien con la razón sirve a la ley de Dios, mas con la carne, a la ley del pecado.

Romanos 7, 14-25

Por todo lo anterior es también indispensable, no solo que conozcamos sino que vivamos en toda su plenitud la cuarta ley.

4- Debemos aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador.

  • Tenemos que recibir a Cristo

Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre

Juan 1:12
  • Tenemos que recibir a Cristo mediante la Fé

Pues habéis sido salvados por la gracia mediante la fe; y esto no viene de vosotros, sino que es un don de Dios; tampoco viene de las obras, para que nadie se gloríe.

Efesios 2: 8-9

Tenemos que recibir a Cristo mediante los Sacramentos «Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: «Este es mi cuerpo que se da por vosotros; haced esto en recuerdo mío.» Asimismo también la copa después de cenar diciendo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces la viviereis, hacedlo en recuerdo mío.» Pues cada vez que coméis este pan y bebéis esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga.

1 Corintios 11: 23-26

Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.

Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él

Juan 6: 51.55-56
  • Cuando recibimos a Cristo experimentamos un nuevo nacimiento

Jesús le respondió: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de lo alto no puede ver el Reino de Dios…. Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios. Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu.

Juan 3: 3-5-6
  • Recibimos a Cristo por medio de una invitación personal

(Cristo dice) «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo….»

Apocalipsis 3:20

Recibir a Cristo significa volvernos hacia Él, declararlo y hacerlo El Señor de nuestras vidas. Para hacerlo, es preciso dar la espalda al mal y al pecado, es preciso cortar con la vida vieja del hombre pecador y entrar a la vida nueva que nos proporciona solamente el Espíritu de Dios.

Hay que tener en cuenta que esto no podemos hacerlo con nuestra propia fuerza, ni por nuestros propios medios, sino que debemos estar dispuestos a renunciar al pecado y a todas las obras del mal que nos apartan de Dios, y luego entregarle al Señor Jesús, que es el Rey de Reyes y Señor de Señores, todos los derechos que Él tiene sobre nuestra vida.

Luego, en un acto de fe y de profundo agradecimiento, invitamos a Jesucristo a que tome control de nuestra vida, de todo nuestro ser, de nuestra manera de pensar, de nuestra forma de hablar, de nuestra manera de sentir y de nuestra manera de actuar o de vivir.

Aunque todo esto parece muy difícil, en realidad es algo muy sencillo. Basta, por medio de un acto de tu voluntad, decir:»Quiero, Señor Jesús, que a partir de hoy te hagas cargo de mi vida«.

Si lo dices de todo corazón, con una gran pureza de intención y consciente del acto que estas realizando, que quizás es el acto más trascendental que has tenido y tendrás en la vida, ten la seguridad que Él lo hará, como lo ha hecho en mí y en millones de seres que en el mundo se han acogido a Él y han tenido la dicha de ver cambiadas sus vidas, sus hogares, sus seres queridos y sus condiciones de vida, por la vida en abundancia que Jesús nos prometió y en realidad vino a traernos.

A continuación se explica como puede recibir a Cristo.

Acercarse a Cristo mediante la Oración

Dios conoce su corazón y no tiene tanto interés en sus palabras, sino más bien en la actitud de su corazón. La siguiente oración se sugiere como guía.

Señor Jesús, yo creo firmemente que Tú eres el Hijo de Dios, el Mesías, el Redentor, que viniste a este mundo no a condenarme por mis pecados, sino a salvarme.

Reconozco que soy un pecador; siento dolor en mi alma por causa de todas mis transgresiones; me arrepiento de todo corazón por haber pecado y vengo a Ti buscando misericordia.

Creo que me amas y que enviaste a tu Hijo, JESÚS, para que yo obtuviera la salvación. Yo creo que, en este mismo momento, soy lavado de todos mis pecados con la sangre preciosa de tu Hijo Jesucristo. Acepto el perdón que JESÚS vino a darme, según las riquezas de su gracia, mediante el Sacramento de la Reconciliación.

Confieso con mi boca que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que tú lo levantaste de entre los muertos. Creo que he nacido de nuevo y que ahora estoy en Cristo. Desde este momento soy una nueva criatura; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas, porque Tú eres el único Salvador de este mundo, porque Tú eres mi Salvador personal.

Creo en Ti, confío en Ti y te pido que me des ahora la Vida Nueva que en abundancia Tú ganaste para mí con tu muerte en la cruz y por medio de tu gloriosa resurrección.

Quiero tener un encuentro personal contigo y con tu salvación. Sé y confío en que Tú nunca defraudas al que cree y confía en Ti.

Ayúdame a vivir la vida, de ahora en adelante, de la manera que Tú siempre quisiste que la viviera. Quiero recuperar el tiempo que he perdido. Cuento con tu ayuda para lograrlo.

Te acepto hoy como mi Señor, como el Señor de mi vida, como el Señor de mi hogar, como el amo y Señor de todas mis cosas. En el nombre de JESÚS.

Amén.

¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón?

Si lo expresa, haz esta oración ahora mismo, y Cristo entrará a tu vida según Su promesa.

  • Como estar seguro de que Cristo mora en tu vida:

¿Invitó a Cristo a entrar en su vida? De acuerdo con Su promesa en Apocalipsis 3:20, ¿Donde está Cristo? Cristo dijo que entrará en su vida. ¿Le engañaría El? ¿En que basa su seguridad de que Dios contestó su oración? (En la fidelidad de Dios mismo y Su Palabra.)

  • La Biblia promete vida eterna a todos los que reciben a Cristo

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida. Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.

I Juan 5:11-13

Agradézcale siempre porque Cristo está en su vida y nunca le abandonará (Hebreos 13:5). Puede estar seguro que el Cristo vivo mora en usted y que tiene vida eterna desde el mismo momento en que lo invitó a entrar confiando en Su promesa. El no le engañará

¿Y qué ocurre si usted no siente nada?

No dependa de los sentimientos

Nuestra seguridad está en la promesa de la Palabra de Dios y no en nuestros sentimientos. El cristiano vive por fé (confianza) en la fidelidad de Dios mismo y Su Palabra. En el ejemplo de un tren, podemos ver la relación entre:

  • El hecho (Dios y Su Palabra)
  • La Fe (nuestra confianza en Dios y en Su Palabra)
  • Los sentimientos (el resultado de la Fe y la obediencia) (Juan 14:21)

El tren corre con o sin el vagón. Sin embargo, sería inútil tratar de que el vagón haga correr el tren. Del mismo modo, nosotros, como cristianos, no dependemos de los sentimientos o emociones, sino que ponemos nuestra Fe (confianza) en la fidelidad de Dios y en las promesas de Su Palabra.

Ahora que ha recibido a Cristo

En el momento en que usted, en un acto de fé, recibió a Cristo, muchas cosas ocurrieron. He aquí algunas de ellas:

  • Cristo entró en su vida «Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y me abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo«.(Apocalipsis 3:20). «a quienes Dios quiso dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria» (Colosenses 1:27).
  • Sus pecados le fueron perdonados «en quien tenemos la redención: el perdón de los pecados«. (Colosenses 1:14)
  • Usted ha llegado a ser Hijo de Dios «Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre«. (Juan 1:12).
  • Comenzó a vivir la gran aventura para la cual Dios le creó . «El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia«.(Juan 10:10). «Por tanto, el que está en Cristo, es una nueva creación; pasó lo viejo, todo es nuevo. Y todo proviene de Dios, que nos reconcilió consigo por Cristo y nos confió el ministerio de la reconciliación«. (2 Corintios 5:17-18). «En todo dad gracias, pues esto es lo que Dios, en Cristo Jesús, quiere de vosotros«. (1 Tesalonicenses 5:18).
  • Su vida sacramental se incrementará grandemente para usted, los sacramentos darán un gran viraje a su vida espiritual, y con una mayor asiduidad llegarás a la confesión y la Sagrada Comunión en la Eucaristía se volverá para ti una necesidad permanente.

¿Puede usted pensar en algo más extraordinario que le haya ocurrido que el recibir a Cristo?

¿Le gustaría dar gracias a Dios en oración ahora mismo por lo que El ha hecho por usted? El acto mismo de dar gracias a Dios es una demostración de fé.

¿Y ahora qué debo hacer?

Sugerencias para el crecimiento cristiano

El crecimiento espiritual es el resultado de permanecer confiando en Jesucristo. «El justo por la Fe vivirá» (Gálatas 3:11). Una vida de Fe le capacitará para confiar a Dios cada vez más todo detalle de su vida y para practicar el método CRISTO:

  • Converse con Dios en oración diariamente (Juan 15:7).
  • Recurra a la Biblia, estudiándola diariamente (Hechos 17:11).
  • Insista en confiar a Dios cada aspecto de su vida (I Pedro 5:7).
  • Sea lleno del Espíritu de Cristo, del Espíritu Santo – permítale vivir Su vida en usted. (Gálatas 5:16-17; Hechos 1:8).
  • Testifique a otros de Cristo, de lo que Él ha hecho en su vida, en su hogar, en sus seres queridos, en su trabajo, en sus necesidades, en sus enfermedades, etc. Hágalo verbalmente y con su testimonio de vida (Mateo 4:19, Juan 15:8).
  • Obedezca a Dios momento a momento, porque la obediencia agrada al Señor (Juan 14:21).

Aquí has encontrado unas verdades que los católicos no podemos olvidar nunca y que debemos llevar a la práctica de nuestra vida. Pero aquí no podemos parar. Nuestra vida espiritual no tiene límites, porque nuestro único límite y meta es el cielo, la salvación, la vida eterna.

Te invito a conocer a Jesucristo mediante la ORACIÓN y que al vivirlo, la bendición poderosa de Dios, de nuestro amado Señor Jesucristo y de su Santo Espíritu desciendan sobre ti para que puedas ser una criatura nueva.

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