Evangelio de hoy: 18 de Septiembre de 2025

En el Evangelio de hoy, nos encontramos con una parábola que desafía nuestras concepciones convencionales sobre la moralidad y la administración: la parábola del administrador astuto. A primera vista, las acciones del administrador pueden parecer deshonestas, pero Jesús nos invita a mirar más allá de la superficie y a descubrir una profunda lección sobre la sabiduría en la gestión de los recursos y la búsqueda de la vida eterna. ¿Cómo podemos aplicar esta parábola a nuestra vida diaria y utilizar los bienes de este mundo para asegurar nuestro futuro en el Reino de los Cielos?

Entendiendo la Parábola del Administrador Astuto

La parábola del administrador astuto, que se encuentra en Lucas 16:1-13, narra la historia de un administrador que, al ser acusado de malgastar los bienes de su amo, decide actuar con astucia para asegurarse un futuro favorable. Reduce las deudas de los deudores de su amo, esperando ganarse su favor y hospitalidad una vez que sea despedido.

Desglose de la Parábola

– El administrador es acusado de mala gestión: Este es el punto de partida de la parábola. El administrador enfrenta las consecuencias de sus acciones pasadas.
– El administrador actúa con astucia: En lugar de lamentarse, el administrador toma medidas para proteger su futuro.
– El amo elogia la astucia del administrador: Este es un punto crucial. El amo no elogia la deshonestidad, sino la previsión y la astucia del administrador.

La parábola no aprueba la deshonestidad, sino que destaca la importancia de la prudencia y la previsión. Jesús utiliza esta historia para ilustrar cómo los hijos de este mundo son a menudo más astutos en sus asuntos que los hijos de la luz.

La Sabiduría en la Administración de los Bienes Terrenales

La clave para entender esta parábola reside en la sabiduría que podemos extraer de ella sobre cómo debemos administrar los bienes terrenales que se nos han confiado. No se trata de acumular riquezas para nuestro propio beneficio, sino de utilizarlas sabiamente para el bien común y para la gloria de Dios.

La Riqueza como un Medio, no un Fin

– La riqueza es una herramienta: Los bienes materiales son herramientas que podemos utilizar para servir a Dios y a nuestros semejantes.
– No te apegues a las posesiones: El apego excesivo a las posesiones puede obstaculizar nuestro crecimiento espiritual.
– Prioriza los valores eternos: Debemos priorizar los valores eternos sobre las riquezas temporales.

Como dice Mateo 6:19-20: «No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar.»

Ejemplos de Administración Sabia

– La filantropía: Donar a organizaciones benéficas y apoyar causas nobles.
– La inversión responsable: Invertir en empresas que promuevan valores éticos y sostenibles.
– El uso consciente: Evitar el despilfarro y utilizar los recursos de manera eficiente.

Un ejemplo bíblico de administración sabia es José en Egipto, quien, a través de su previsión y prudencia, salvó a Egipto y a las naciones vecinas de la hambruna (Génesis 41).

Ganando el Cielo con los Bienes de Este Mundo

La parábola nos invita a reflexionar sobre cómo podemos utilizar los bienes de este mundo para ganar el cielo. Esto no significa que podamos comprar nuestra entrada al cielo, sino que nuestras acciones y la forma en que utilizamos nuestros recursos terrenales pueden reflejar nuestro amor a Dios y a nuestro prójimo.

La Caridad como Inversión Celestial

– La caridad es una inversión: Al dar a los necesitados, estamos invirtiendo en nuestro futuro eterno.
– El amor al prójimo: La caridad es una expresión concreta de nuestro amor al prójimo.
– Recompensa eterna: Jesús promete recompensar a aquellos que dan de comer al hambriento, visten al desnudo y visitan al enfermo y al encarcelado (Mateo 25:31-46).

Como dice Proverbios 19:17: «Quien se compadece del pobre, presta al Señor, y él le dará su recompensa.»

Estrategias Prácticas para la Vida Diaria

– Evalúa tus prioridades: Reflexiona sobre cómo estás utilizando tus recursos y si estás priorizando los valores eternos.
– Practica la generosidad: Busca oportunidades para dar y compartir con los demás.
– Vive con sencillez: Reduce el consumo innecesario y enfócate en lo que realmente importa.
– Busca asesoramiento: Si necesitas ayuda para administrar tus finanzas, busca el consejo de un asesor financiero cristiano.

Un buen ejemplo de organización que promueve la administración sabia y la generosidad es World Vision, una organización cristiana que trabaja para aliviar la pobreza y la injusticia en todo el mundo (https://www.worldvision.org/).

El Desafío de la Integridad en la Administración

La parábola del administrador astuto también nos plantea el desafío de mantener la integridad en la administración de los bienes terrenales. No debemos caer en la tentación de la deshonestidad o la corrupción, sino que debemos esforzarnos por ser fieles y justos en todo lo que hacemos.

La Importancia de la Honestidad

– La honestidad es fundamental: La honestidad es un principio fundamental de la fe cristiana.
– Confianza y credibilidad: La honestidad genera confianza y credibilidad en nuestras relaciones.
– Testimonio cristiano: Nuestra honestidad es un testimonio de nuestra fe en el mundo.

Como dice Proverbios 12:22: «Los labios mentirosos son abominables para el Señor, pero le agradan los que actúan con verdad.»

Cómo Evitar la Corrupción

– Establece límites claros: Define límites claros en tus relaciones financieras y comerciales.
– Busca rendición de cuentas: Busca la rendición de cuentas y la transparencia en tus acciones.
– Ora por discernimiento: Pide a Dios que te dé sabiduría y discernimiento para tomar decisiones correctas.

Conclusión: Un Llamado a la Acción

En resumen, la parábola del administrador astuto nos enseña que debemos ser sabios y prudentes en la administración de los bienes terrenales que se nos han confiado. No se trata de acumular riquezas para nuestro propio beneficio, sino de utilizarlas para el bien común y para la gloria de Dios. Al hacerlo, estamos invirtiendo en nuestro futuro eterno y ganando el cielo con los bienes de este mundo.

Te invito a reflexionar sobre esta parábola y a evaluar cómo estás utilizando tus recursos. ¿Estás priorizando los valores eternos sobre las riquezas temporales? ¿Estás practicando la generosidad y la caridad? ¿Estás viviendo con integridad y honestidad?

Toma un momento para orar y pedir a Dios que te dé sabiduría y discernimiento para administrar tus bienes de manera que le agrade. Busca oportunidades para dar y compartir con los demás, y vive con sencillez y gratitud. Al hacerlo, estarás siguiendo el ejemplo del administrador astuto y asegurando tu futuro en el Reino de los Cielos.

Created with Fabric.js 3.6.3 Created with Fabric.js 3.6.3 Created with Fabric.js 3.6.3 Created with Fabric.js 3.6.3